ANTES CUIDABA QUE LOS DEMAS NO HABLARAN MAL DE MI Y ME PORTABA COMO LOS DEMAS QUERIAN Y MI CONCIENCIA ME CENSURABA..AHORA SOLO SOY FELIZ...

Scarlet Fever

AMOR O PASION




Hoy quiero rendir un pequeño homenaje al beso y a la pasión, a ese contacto labial entre dos que puede confirmarte que estás ante tu gran amor o que has de seguir buscando a tu media naranja, a ese momento clímax en el cual los protagonistas al fin se lanzan y se dejan llevar por la pasión

El amor, sentimiento que mueve al mundo, las pasiones, las ilusiones y los deseos, necesario para la motivación personal y el sentido de la vida, pero en ocasiones, su necesidad excesiva puede llegar a convertirse en una adicción que no lo deja madurar y perturba totalmente la tranquilidad de quienes la padecen y de sus “parejas”.
Para que el amor madure y se convierta en verdadero, pasa por diferentes etapas como la amistad, admiración, atracción, el cariño y el enamoramiento y durante cada una de ellas, la forma de manifestación es diferente y por lo mismo las demandas y reacciones también lo son.
Aunque el enamoramiento es una etapa aparentemente tranquila y bella, se desconocen las diferencias entre la pareja, no hay carencias y el sentimiento de soledad está ausente, según los especialistas, muchos no superan esta etapa del amor y en su afán de buscar otra y otra relación se vuelven adictos a ella considerando que cada persona que conocen es “el amor de su vida”, y sufriendo con cada rompimiento aunque pronto haya otro suplente.

Así, el pensamiento del adicto al amor gira alrededor de un ser amado. Quiere estar con él o ella por periodos cada vez más prolongados, lo controla, es incapaz de tomar decisiones por sí mismo, pierde estabilidad emocional y siente miedo de estar solo/a.

En las relaciones amorosas adictivas, unas suelen durar mucho debido al muy común chantaje emocional y otras duran muy poco, por la incapacidad de retener al ser amado, la persona adicta busca una relación cualquiera, con tal de sentirse segura.

La manipulación es una de las consecuencias cotidianas: culpa al otro de las consecuencias de su abandono y en muchos casos, amenaza con suicidios, estableciéndose así un círculo vicioso que es reforzado por la pareja de alguna manera.


En ciertas relaciones apasionadas e irracionales, el adicto al amor dedica la mayor parte de su tiempo a su pareja: se aparta de amigos y familia y descuida sus tareas laborales. A diferencia del enamorado común y corriente, el adicto al amor –como una demostración de la grandeza de su sentimiento- tolera y justifica las agresiones verbales o físicas, la improductividad y el abuso emocional del otro, al que idealiza.



La adicción al amor es muy intensa es una persona con baja autoestima necesitando constantemente que los demás en especial su pareja, la o lo valore.
El hecho de ser incapaz de retener al ser amado, fuente de seguridad, tranquilidad, presunción y bienestar, genera, más que dependencia, un incontrolable “apego ansioso” e intensos celos infundados que siempre terminan en graves reproches. Asimismo pierde el control de las emociones despertadas por una persona a la que se le entrega de manera incondicional poniendo también en riesgo su salud, libertad y seguridad personal.

La adicción al amor es más frecuente entre las mujeres. Quizá esto se deba a que son educadas, por lo general, como seres dependientes, incapaces de valerse por sí mismas y a que la función que les asigna la sociedad gira alrededor de las relaciones afectivas y de la formación de un hogar y la realización personal a través de la maternidad. Este tipo de relación es por mucho reforzada en sus propios hogares y se les ofrece la dependencia, como una respuesta a sus temores e inseguridades).
Un problema severo en este momento de la vida, es que muchos hombres y mujeres ya no quieren comprometerse a pesar de la presión social, pero cuando esto es unilateral, ocasiona graves daños en la salud emocional del que sí desea adquirir el compromiso, lo que le genera mucha intranquilidad, depresión y soledad.

Otro problema es cuando las palabras toman un tono que va más allá de la intención con que se dicen: el te quiero, me gustas, deseo estar contigo, para algunas personas se convierten en juramentos que no se deben romper y cuando se hace, no se encuentra justificación a ello y duele mucho.

Para poder controlar esta adicción y aprender a manejar los sentimientos, es necesario recibir ayuda profesional, ya que la persona que es adicta al amor tiene el riesgo de meterse con cualquiera, sacrificando y entregando todo lo que tiene, justificando todos los errores y aún la violencia y los desengaños por el abandono les ocasionan graves depresiones que pueden incluso llevarlos al suicidio, por ello los expertos aconsejan que, a demás de tomar terapia individual y de pareja, el adicto al amor participe en grupos de apoyo.

En el proceso de recuperación debe aprender a valorarse, reconstruir su autoestima y dominar su situación individual para poder brindarle espacio al otro y convivir con independencia o si es el caso, aprender a vivir del amor de otra forma.


El amor no es prisión, ni desconfianza ni dolor, es la unión con fe de dos.
Amar a alguien es una emoción humana capaz de ayudar a reconciliarse con la vida, producir un cambio en la percepción y poder ver todo más bello.

Pero también, el que cree amar, puede volverse posesivo y cruel hasta el punto de poner en peligro la relación.

El falso amor se puede transformar en obsesión en personalidades depresivas que tienden a relacionarse en forma simbiótica.

Necesitan sentirse dueños del otro, como parte de sí mismos, para poder controlarlo y manipularlo y cualquier actitud de independencia es interpretada como falta de amor.

Pero si esa persona no puede crecer ni tener una vida propia, además de perder la oportunidad de desarrollar su potencial, pierde su identidad, enajenando su propia vida para mantener una relación enferma.

Según la teoría psicoanalítica, la personalidad depresiva es el resultado de un trauma en una etapa muy arcaica del desarrollo psicosexual, durante la lactancia, cuando todavía no hay reconocimiento del yo y del no yo.

El trauma es un acontecimiento imposible de controlar que provoca la incapacidad para responder en forma adecuada y que provoca perturbaciones en la organización psíquica.

Esa etapa narcisista en que el pecho materno es vivido como la prolongación o como un espejo de si mismo, tenderá a reiterarse en cada relación afectiva con personas significativas.

El amor obsesivo es un amor neurótico que también se basa en la forma de relación afectiva que se ha vivido con el padre o la madre, cuando no se ha superado ese patrón y se aspira a repetir las exigencias de la infancia en la vida adulta.

Freud sostenía que el hombre posee un irrefrenable deseo instintivo de conquista sexual de todas las mujeres y que sólo la cultura le impide hacerlo. Como consecuencia, todos los hombres son necesariamente celosos unos de otros y éstos celos, así como la competencia con otros hombres, continuará existiendo siempre.

Según esta afirmación se puede inferir que el verdadero amor sería realmente imposible.

La obsesión en el amor se caracteriza por el intento de control de la relación y de la pareja que representa un objeto más de propiedad del sujeto.

La obsesión en el amor no es amor, consiste más bien en tener a alguien seguro para usarlo.

No hay nada peor en el amor que convertirlo en una cárcel por el miedo a perderlo.

La angustia que provoca el miedo a la pérdida es la falta de fe, porque para amar a alguien de verdad hay que tener fe, y para tener fe hay que tener coraje, ser capaz de correr riesgos, estar dispuesto a soportar el dolor y la desilusión como parte de la vida y a comprometerse sin garantías.

El que se obsesiona considera a la seguridad y la tranquilidad como elementos esenciales en la vida, donde las posesiones, tienen primacía, sin darse cuenta que también él es un prisionero.

La fe en la vida y en los otros se adquiere cuando uno mismo es digno de fe.

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La vida es corta, trabajemos como si fuera el primer día
perdonemos rápidamente
besa desmoderadamente, ama verdaderamente
ríe incontrolablemente
y nunca dejes de sonreír

por mas extraño que sea el motivo.
La vida puede no ser la fiesta que esperábamos
pero en cuanto estamos aquí, debemos sonreír y dar gracias...