Según algunos psicólogos, los sentimientos, especialmente los sentimientos profundos, son algo así como disposiciones que favorecen la actividad si son positivos o la inhiben, si son negativos. Por otra parte, los sentimientos son de dos tipos: profundos y duraderos, o superficiales o variables o intercambiables con otros sentimientos. Otros sostienen que los sentimientos marcan el enlace de las facultades espirituales con el sujeto humano, pero el asunto es más complicado. Los sentimientos son algo así como precedentes de ciertas direcciones del pensamiento, o de ciertos rasgos de la conducta, a las que suelen acompañar. En el supuesto de que aceptemos esta opinión que es algo vaga o amorfa, según la cual se da una cierta alternancia entre los sentimientos, los actos de la inteligencia y de la voluntad, conviene añadir que hay sentimientos más profundos que otros que dependen del estado de salud, de circunstancias corpóreas o de accidentes de la vida.
La importancia de los sentimientos reside sobre todo en su relación con la inteligencia y con la voluntad, y no simplemente como precedentes suyos, sino como derivados de las dimensiones activas del ser humano. Sin embargo, en nuestra época las facultades espirituales del hombre, la inteligencia y la voluntad, están desacreditadas. Por eso ha aumentado el relativismo, es decir, la opinión que niega la universalidad de la verdad, así como el control de la voluntad. Por eso, en nuestra época se concede un mayor crédito a los sentimientos; se acude a ellos por considerar que son lo que resta después de la duda sobre el alcance de la inteligencia y de la voluntad.
En esta situación, la diferencia entre los sentimientos profundos y los superficiales tiende a difuminarse. Al dudar de la capacidad intelectual del hombre y al rechazar la dirección de la voluntad hacia los bienes más altos, se duda también de que existan realidades superiores al hombre, y se incurre en el agnosticismo religioso. Este angustioso descrédito del sentido de la vida, induce a tomar como criterio de actuación a las vivencias más inmediatas, que son las sentimentales.
Etiquetas: FILOSOFIA, LOS SENTIMIENTOS
perdonemos rápidamente
besa desmoderadamente, ama verdaderamente
ríe incontrolablemente
y nunca dejes de sonreír
por mas extraño que sea el motivo.
La vida puede no ser la fiesta que esperábamos
pero en cuanto estamos aquí, debemos sonreír y dar gracias...
0 comentarios:
Publicar un comentario