El término “pasión” se le ha otorgado a fenómenos puramente amorosos o de nivel sexual. Tenemos la falsa idea de que ser apasionado puede ser peligroso, arriesgado o un exceso.
Sin embargo, PASIÓN, viéndolo desde nuestro éxito futuro, es aquello que nos atrae, que nos empuja, que nos jala. Es la chispa que han tenido los grandes líderes. Lo que motivó a Walt Disney, Bill Gates o Michael Jordan. Ser apasionado es la mejor arma contra la pereza, el desánimo o la impaciencia.
No es algo que vendan en algún supermercado o tienda online. Tampoco es algo que podemos forzar o que salga de la noche a la mañana. Va creciendo cuando confiamos en nuestro sueño, tenemos la mirada bien puesta en el objetivo y con la idea firme de conquistarlo.
Una de las claves para acrecentar la pasión es anotar tres objetivos que nos hagan levantarnos a diario con una sonrisa. Que nos inviten a luchar y a vivir felices, sin que las barreras sean impedimentos.
Hay que escribirlos en hojas brillantes y con letra grande. Estoy seguro que si los vemos tres veces en el día, los repetimos en nuestro interior visualizándonos en el futuro logrando dichas metas, nos iremos convirtiendo en líderes más apasionados, más entregados, más eficaces.
Aquella persona que no encuentra algo por lo cual luchar, terminará luchando contra su propia vida.
Propongámonos un sueño HOY, disfrutemos el camino que nos llevará a hacerlo realidad, entreguémonos día y noche. Tengamos pasión por nuestra vida.
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