PASIONES & TENTACIONES

Aprendí de las tentaciones a pedir socorro al Señor.
Me equivocaba pensando que en el momento de la tentación o mismo en el momento en que cometía un pecado, como estaba haciendo algo que no era agradable a Dios, no tenía derecho a pedirle su ayuda, tenía mucha vergüenza de pedirle auxilio.

¡Todo lo contrario! justamente creo que esto constituye un gran engaño del enemigo, pues es en ese mismo instante en que estamos pecando que debemos gritar ¡SOCORRO!! pedir auxilio!.

Esto me hace recordar la escena de la película "La Pasión de Cristo" en donde Pedro niega a Jesús, y seguidamente se encuentra con María y le dice llorando "Madre, lo negué".. me emocionó mucho ver esa escena, porque es justamente lo que yo hago cuando le fallo al Señor... me tiro en los brazos de la Virgen María, y llorando le digo "mamá, ¡¡otra vez le fallé!!" o en el momento en que estoy tentada rezo Avemarías, le pido su auxilio, y ella es quien me ayuda a acercarme nuevamente a Jesús.

También me ayuda mucho, si no puedo hacer oración, decir el nombre de Jesús, repetirlo hasta que me sienta lejos de la tentación, ¡su Nombre tiene poder!.

En el momento de la tentación, en el momento justo del pecado, ¡no tengas vergüenza, reconoce que eres débil y pide ayuda, ¡pide auxilio a Jesús! pide la intercesión de María, tu madre.-


Serás grande.. si te consideras pequeño


La más elevada sabiduría y perfección consiste en no ser apreciado y en tener a los demás en buena y elevada opinión. Aunque veas a otro pecar abiertamente o cometer algo grave, no debes por eso considerarte mejor que él porque no sabes por cuánto tiempo podrás perseverar en el bien. Todos somos débiles, pero no debes considerar a nadie más frágil que tú.

Cuán rápidamente pasa la gloria de este mundo.
Grande es realmente el que se considera pequeño y no toma en consideración los honores. Verdadero prudente es el que "sacrifica todas las cosas y las tiene por basura con tal de ganar a Cristo"



Auténticamente sabio es en realidad el que cumple la voluntad de Dios y renuncia a la suya.

Jesús fue tentado por Satanás. Él lo permitió para enseñarnos a vencer las tentaciones.


El diablo siempre se mueve con astucia. Nos conoce. Lleva siglos haciendo lo mismo. Ofrece exactamente lo que nos apetece en cada momento.

Satanás, nos tienta aprovechando nuestras necesidades. Pero también se aprovecha de nuestra vanidad y de nuestras ambiciones.

Es un buen negociante. Conoce las técnicas del marketing. Por eso, las tentaciones dan gato por liebre. Satanás trata de vendernos cosas estropeadas. Lo suyo es la publicidad engañosa.

En el fondo quiere engañarnos en lo principal, en que desconfiemos de Dios, porque él odia a Dios